Por la veredita va
esa niña caminando
su cara de blanca nieve
sus ojos como el castaño.
La abuela que es artesana
dos coletas le trenzó
como hace cada mañana
a la salida del sol.
Que linda que está mi niña
dice la abuela sonriendo
mientras mira a la campiña
al almendro floreciendo.
Si pugna la primavera
por crear flores hermosas
caminando en la vereda
está la más luminosa.
Esa belleza que emana
de su madre la heredó
y cuando Dios se la llevara
ese regalo dejó...
Dos lágrimas se le escapan
y la ancianita llorando
a la foto de su hija
la besa y sigue rezando.
Mira a un roble, que hermosura
no sabe si es realidad
que al pasar la criatura
se inclinó para besar.
Dos gorriones prendieron
de las trenzas de su pelo
dos suspiros se escaparon
de la anciana hacia los cielos.
Se pierde en el horizonte
con sus libros en la cadera
baja corriendo del monte
para besar a su abuela.
Sus ojos carga de lágrimas
dándole gracias a Dios
por esa nieta querida
que su madre le heredó...
No hay comentarios:
Publicar un comentario