Creo que no sabes, la cantidad de día en los que te visito
y aunque me quede en la sombra, estoy vigilando tus sueños,
puede que solo sea la magia, del amor la que a mi me transporta.
Y en cada visita te beso despacio el alma y en cada viaje yo vuelo
con mis alas encantadas, las que me transportan, para ver tu mirada.
Aunque te encuentre dormida, a tu lado espero para ayudarte a soñar
y que te sientas en el cielo, si tus terrores nocturnos, te quitan consuelo.
Allí me quedo vigilante, mirándote, abrazandote y besandote
sin poder tocarte ni poder tenerte, solo con el poder del pensamiento,
solo con la fuerza que me da el deseo de poseerte y amarte...
Cuando la luz del nuevo día inunda tu cuarto y abres los ojos
yo no desaparezco y aunque no me veas allí sigo, allí me quedo a tu lado
para seguirte dando abrigo, expectante y vigilando, que tu vida sea un prodigio
que no te asalten los llantos, que tus sonrisas sean mi premio, por amarte tanto.
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